Cada vez es más evidente el efecto que tienen las nuevas tecnologías en la sociedad actual, en especial en los niños. El uso de teléfonos inteligentes y tabletas, abre una ventana de posibilidades a la exposición excesiva de estímulos que puede generar alteraciones en el funcionamiento neurológico de los jóvenes.
Brigcir García, médico psicólogo, afirmó que aunque existen muchos argumentos positivos a favor del uso de los teléfonos inteligentes y otros dispositivos tecnológicos, es vital el papel de los padres, como contralores en el uso de pantallas.
La especialista explicó que los niños, de cero a dos años, se encuentran en un punto donde el cerebro está en proceso de formación.
Una estimulación excesiva en esta etapa podría desencadenar dificultades de aprendizaje, irritabilidad, conducta impulsiva y falta de control. Estudios realizados por La Organización Mundial de la Salud (OMS), señalan que lo más recomendable es que los niños, en edades comprendidas entre uno y tres años, no tengan ningún tipo de acceso a estos aparatos y mucho menos a las redes sociales.
La exposición a los contenidos nocivos y a los depredadores cibernéticos es un peligro constante que los padres tienen que tener siempre en consideración cuando permiten el acceso de los niños a las redes sociales.
RECOMENDACIONES
Establecer límites de tiempo y horarios para el uso de las redes sociales.
Fomentar otras actividades que impliquen ejercicio físico, contacto con la naturaleza o interacción con personas reales.
Educar a los niños sobre los riesgos y las responsabilidades de compartir información personal o sensible en internet.
Promover el pensamiento crítico y la autoconfianza para evitar caer en la presión social o la comparación con otros usuarios.
Apoyar y escuchar a los niños si sufren algún tipo de acoso o malestar por el uso de las redes sociales.
Buscar ayuda profesional si se detectan signos de adicción.