La madrugada de este viernes, Yeny Flores se dirigió a la Ciudad Hospitalaria Dr. Enrique Tejera (CHET) para hacerse una radiografía torácica debido a una reciente afección pulmonar.
Mientras estaba en la cola de pacientes, pensaba en su hermano, Julio Ramón Flores, a quien no había visto desde la madrugada del 13 de abril en su vivienda ubicada en Las Palmitas. “El jueves cuando me desperté mi mamá me dijo que se había ido a las cinco y media de la mañana sin desayunar porque tenía que ir al Mercado Mayorista. Después no lo vimos en todo el día”, comentó la señora.
Yeny estaba preocupada por su hermano de 50 años de edad, quien recibía cuidados especiales de su familia porque era alcohólico. “Nosotros no lo dejábamos salir solo. Él toma mucho y cuando tiene días sin beber, se le va la cabeza, se pone ido”.
La llamada y la foto
La mujer tenía varias personas por delante en la fila cuando recibió una llamada de una vecina. “Ella me sugirió que fuera a la morgue a ver si no era la persona que habían atropellado en Bucaral. Allí me mostraron una foto y para mi sorpresa, era él”, dijo con la voz entrecortada.
En medio de una crisis emocional, Yeni avisó a sus familiares para que la ayudaran a gestionar los trámites funerarios. Las manos y las piernas le temblaban. Pacientes del hospital estuvieron junto a ella hasta que llegaron los dolientes del difunto.
Los allegados creen que José Ramón pudo haber estado atravesando un episodio ansioso a causa de la abstinencia alcohólica antes de ser arrollado por un autobús de pasajeros.
En conversaciones con conocidos, se supo que el señor tenía al menos dos años sin trabajar formalmente debido a los problemas que tenía con la bebida.
