Iván Darío Valera y Alfredo Rodríguez, dos de los detenidos en el caso del sauna en Valencia, han decidido finalmente romper el silencio y contar lo ocurrido el pasado domingo 23 de julio. Ambos aseguran que en el lugar había un policía encubierto que afirma que no se cometió ningún acto ilegal en el establecimiento.
La entrevista exclusiva fue concedida al medio WTC Radio. Valera, activista de DDHH, relató que se encontraba en la sala de estar tomando una bebida con un amigo cuando repentinamente entró un comando de la PNB. «Dicen ‘manos arriba y todos quietos donde están’. En ese momento pensé que era una broma. Creía conocer el país donde vivo, pero hoy lo desconozco», expresó.
Por su parte, Rodríguez preguntó a los funcionarios qué sucedía y le respondieron que era una inspección de rutina para constatar que el local operaba con los permisos adecuados.
Posteriormente, los trasladaron a la sede de la PNB en Los Guayos, supuestamente para declarar como testigos, pero la situación se tornó mucho peor en ese momento. «De repente, inició el psicoterror por parte de la PNB, indicando que estábamos metidos en tremendo problema… Nos dimos cuenta de que estábamos detenidos cuando nos empezaron a tratar como delincuentes y nos dijeron ‘vamos a tomarles una foto'», agregó Iván Darío.
Alfredo, médico cirujano y residente venezolano en los Estados Unidos, reveló que mientras estaban en la comandancia, notaron la presencia de un funcionario encubierto que podría ser testigo garantizando que no se cometió ningún delito o ultraje al pudor, tal como se denunció de forma anónima.
Valera compartió lo que sintió en ese momento y cómo percibió las emociones de otras personas detenidas. «Sentí tristeza y vergüenza irónicamente, cuando no haces nada. Pero estamos en un país donde estamos a un clic de dañarle la vida a cualquiera», manifestó. En los demás detenidos, notó desespero, indignación, tristeza y ganas de matarse. «Uno de mis compañeros manifestó que se quería suicidar. Uno no sabía si quería salir o quedarse allí», resaltó.
Tanto Iván como Alfredo coinciden en que hubo irregularidades durante todo el proceso de aprehensión e imputación.
El Ministerio Público acusó a 30 personas de «Ultraje al Pudor» y «Contaminación Sónica», mientras que a los tres que aún se encuentran detenidos hasta este domingo se les suma el cargo de «Agavillamiento».
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